EL COPYRIGHT

Algunas de las marcas con las que trabajamos nos exigen que pongamos siempre el sello de copyright junto a su logo. Son marcas líderes que han sufrido muchos plagios, muchas falsificaciones y mucha copia de gente que se aprovecha del trabajo y la imagen de otro para su propio beneficio.
No es fácil en estos tiempos proteger la propiedad intelectual y mucho menos cuando se trata tan sólo de ideas. Uno tiene que ser cauto en las reuniones a la hora de proponer una idea porque sabes que idea hablada es idea pública y cualquiera puede apropiársela. En este sector esta es una práctica habitual cuando se convocan concursos; la propuesta ganadora suele ser la de la agencia vencedora añadiéndole los "highlights" de cada una de las perdedoras... Y si eres uno de los perdedores, se te queda una cara de tonto...
Nunca es fácil tener la idea brillante, ni es fácil convencer al cliente, pero cuando lo consigues y ganas el partido, te encuentras con el siguiente problema, como dicen los deportistas: lo difícil es mantenerse. Renovarse cada año, reinventarse el concepto, inyectar ilusión al equipo y, sobre todo, auyentar a la competencia. Cuando das con el producto o en nuestro caso el evento acertado, que triunfa en su sector y tiene buena aceptación pública, aparecen las moscas buscando restos de los que alimentarse. Son cuestiones de estilo, a nosotros nunca se nos ocurriría ir a pisarle el huerto a otro, pero no todos los profesionales juegan igual y los hay que disfrutan apuntándose éxitos de otros o calcando sus estrategias. Por eso cada año surgen varios conatos de Festibike que no terminan de cuajar aunque siempre marean al sector, o también hay quien intenta subirse al concepto del Jarama Vintage haciendo fotocopias del evento, descoloridas porque no encuentran la tinta adecuada, o quien quiere triunfar con alguna imitación del Red Bull X-Fighters pero sin contar con el know how de tantos años de evento... El copyright es una asignatura pendiente del mundo de los eventos y mientras no lo resolvamos seguiremos encontrando gente que se apunta en su curriculum campañas que han hecho otros y en la que ellos han sido un pequeño proveedor, o creativos presumiendo de ideas que jamás se cocieron detrás de sus gafas de pasta y peinados desaliñados. De todo esto, lo que más gracia nos hace es que haya agencias que presumen por ahí de organizar la San Silvestre Vallecana porque se les contrata un pequeño servicio dentro de la carrera. Si quieren presumir, que la sufran y que se queden sin uvas de Noche Vieja, como todo el equipo de Last Lap; eso es lo que nos da derecho al copyright.